FIRMUS IN FIDE

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El tiempo de Pascua es un momento excepcional para la vida de la cofradía. Los seguidores del Nazareno, allá por los finales del siglo XVIII, acostumbraban a iluminar sus insignias durante el Domingo de Resurrección abriendo las puertas de la ermita de Jesús para que todos los fieles y devotos contemplaran los “pasos” procesionales. En efecto, el uso de la luz no sólo servía para la contemplación de los pasos sino, más bien, como advertencia sobre el significado palpable de la luz en esta época precisa.

Al igual que antaño se descorrían velos y “bocaportes” para la mejor veneración y admiración de las efigies, ahora la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno se propone dar continuidad a aquella idea simbólica instituida, como tantas cosas aquí, por el bailío de Lora, el mayordomo don Francisco González de Avellaneda. Así, otra vez el ámbito visual, pero en esta ocasión a través de las nuevas tecnologías, pretende abrir el templo por Pascua no sólo a los cofrades y a los murcianos sino a cualquier persona de cualquier punto del orbe.

La “Dominica in albis” que se celebra este fin de semana es una celebración, en consonancia, marcada por la claridad de las propias vestimentas de los catecúmenos. Sin embargo, gozó de predicamento entre los católicos mostrando un particular desvelo sacramental. Sirva este nuevo impulso que nos ofrece la Pascua para llevar el mensaje de la luz y la pureza, cuya cualidad plástica contemplamos a través de los rostros iluminados del amantísimo y venerado Nazareno y las ricas policromías en las sagradas imágenes de nuestro genial Salzillo, y para seguir llevando la llama del Resucitado a todos nuestros hogares.

¡Ahora mejor que nunca!