Dios ha manifestado al Resucitado como piedra angular de la historia humana. Piedra de valor indecible para creyentes, que con tal cimiento edificarán sobre seguro; pero también piedra de escándalo y tropiezo, con la que se estrellarán una y otra vez los constructores que -no creyendo en ella- fueron por libre apoyados en sus propias fuerzas y capacidades. Estos segundos acusarán a la Iglesia de todos sus males y frustraciones, todo antes que hacerse la pregunta decisiva: ¿cuál es el cimiento sobre el que edifico?… Y no se trata de la construcción de un edificio de piedra, sino de la construcción de la propia vida, una tarea mucho más importante y decisiva.
Jesucristo es piedra angular, pero también es Camino, y Verdad, y Vida. Sólo en él podemos construir, Él sólo debe ser nuestro guía y maestro, sólo en él está nuestra esperanza. Jesucristo se muestra como Camino revelando lo que es el hombre según el proyecto del Padre; se muestra como Verdad amando hasta el extremo; y se muestra como Vida dándola en plenitud. Cerca de nosotros hay hermanos y hermanas que son a su vez “camino, verdad y vida”; son los exploradores de la tierra de Jesús, enviados por Él para abrir caminos, confirmar en la fe, corregir desvíos; para mostrar la santidad y la fidelidad de Dios. Acércate a ellos y “no pases” de tan buenos amigos. No son la luz, ni la roca, sino que su luz es reflejada, como la de la luna -que refleja la luz del sol- y su fuerza no es propia, sino que viene de su íntima unión a la piedra angular, Cristo. Unos, familiares o amigos, nos dejaron físicamente e interceden por nosotros desde el Cielo; otros están presentes en nuestras vidas muy a menudo y muy cercanos, y no les solemos escuchar porque les vemos y sentimos sólo con ojos humanos. Tú también podrías ser uno de ellos para tus hermanos. ¿Lo has pensado?
Se pierde a veces “el Camino” por defender nuestros caminos; se pierde “la Verdad” por defender nuestras verdades; se pierde “la Vida” defendiendo y asegurando nuestras vidas. Tú y yo, aprendices de cristiano, debemos ser creadores de unidad, mostrando a Cristo. ¡Cristo, y sólo Cristo! Lo demás sobra, es secundario. Lo demás, como él mismo nos dijo, “se os dará por añadidura”. ¿Recordáis cómo nos lo expresó Santa Teresa?: “Sólo Dios basta…”, y ¡Jesucristo es… Dios encarnado!
Señor Jesús, tú eres el Camino… ¡haz que te sigamos!
Señor Jesús, tú eres la Verdad… ¡haz que te conozcamos!
Señor Jesús, tú eres la Vida… ¡haz que vivamos en Ti!
Y todo para glorificar tu nombre ante todos los hombres. Así -sólo así- sabremos caminar seguros y firmes, sólo así poseeremos la verdad que nos hará plenamente libres, y sólo así podremos entregar nuestra vida al servicio de nuestros hermanos. ¡Ésta es la auténtica transformación a la que nos llamas, Señor!
Os dejo esta oración: “Señor, tu vida y mi vida para los pobres. Señor tu verdad y la mía frente a la mentira. Señor, tu camino y el mío para abrir sendas nuevas”.
Luis Emilio Pascual Molina Capellán de la Cofradía de Jesús Domingo V de Pascua – Ciclo A 7-mayo-2023