La gloria del Señor se ha manifestado en Belén y seguirá manifestándose entre nosotros, hasta el día de su retorno glorioso.
Por eso os anunciamos con gozo, hermanos y hermanas, que, así como nos hemos alegrado en estas fiestas de la Navidad de nuestro Señor Jesucristo, nos alegraremos también en la gran celebración pascual de la resurrección de nuestro Salvador.
Así pues, recordamos que este año, el ejercicio de la Cuaresma, que nos prepara a la Pascua, comenzará el día 14 de febrero, Miércoles de Ceniza, y del 28 al 30 de marzo celebraremos con fe el Triduo Pascual de la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesús.
El día 31 de marzo será la Pascua, la fiesta más importante del año. Y al cabo de 50 días, como culminación de la cincuentena pascual, el domingo 15 de mayo, celebraremos la solemnidad de Pentecostés, el don que Jesús resucitado hace a su Iglesia: su Espíritu Santo.
Cada Domingo nos reuniremos para celebrar la Eucaristía conmemorando la resurrección del Señor, y veneraremos también la memoria de la Virgen María, especialmente el 27 de noviembre bajo la advocación de la Medalla Milagrosa y la de tantos hermanos santos y santas que nos acompañan en nuestro camino.
Y ya para finalizar el año, el 1 de diciembre, iniciaremos un nuevo año litúrgico con la celebración del domingo primero del Adviento de nuestro Señor Jesucristo. A Él todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén.