Pasos

La Santa cena

1761. Paso ejecutado magistralmente por Francisco Salzillo y que sustituyó al del mismo nombre realizado por su padre Nicolás Salzillo en 1700. Existen diferencias notables, además de los alardes escultóricos, era el momento representado: para Nicolás, la institución de la Eucaristía; para Francisco Salzillo, el anuncio de la traición (Jn 13, 21-30).

Los rostros de los apóstoles son un muestrario de gestos de incomprensión, acompañados estos por el alarde expresivo de las manos. Es destacable la estofa con la que vistió al Señor y los detalles con los que Salzillo contrasta la figura de Judas: túnica amarilla y sin utilizar la camisa interior (signo de limpieza), diferente es la cenefa que orla su cuello, que además está realizada en plata corlada a diferencia del oro de los demás apóstoles, a los que con estos detalles desea el genial imaginero distinguir.

Y concluye la magistralidad barroca de este «paso» con el trabajo que cada Viernes Santo realiza la familia Cotorruelo, sus camareros, vistiendo la mesa con extraordinarios productos naturales, sobre finísimos manteles.

El «paso» es portado a hombros por 28 nazarenos estantes y tiene un peso aproximado de 1.310 Kg.

LA ORACIÓN EN EL HUERTO

1754. Esta obra sustituyó a la del mismo nombre que pertenecía a la cofradía desde sus comienzos. Representa el momento en el que los tres apóstoles (Pedro, Santiago y Juan) tras acompañar a Jesús al Huerto de los olivos quedan dormidos y el Señor entra en oración con el Padre (Lc 22, 40-46).

La maestría con la que Salzillo trabajó ese ser celestial que es el ángel es digna de destacarse. También se cita en los Evangelios como en ese momento «hincado de rodillas […] sudó sangre». En la admirable representación de este Cristo podemos ver cómo queda representada esa sutileza tan significativa.

Sólo la imagen de Jesús es de vestir teniendo un ajuar rico en espolines y terciopelos bordados, al igual que bellísimas camisas de finos tejidos que lucen la mañana de Viernes Santo, vestido por sus camareros: la familia Guirao.

El «paso» es portado a hombros por 28 nazarenos estantes y tiene un peso aproximado de 1.206 Kg.

EL PRENDIMIENTO

1763. También llamado «El Beso». La cofradía disponía con anterioridad de un «paso» que representaba la misma escena, con imágenes de vestir, realizado por Salzillo en 1736. Cuando nuestro imaginero realizó el actual, fue vendido el anterior a la ciudad de Orihuela. El «paso» se divide en dos escenas: la principal representa a Cristo y a Judas observados por un soldado (Mc 14, 26-32) y la segunda es San Pedro abatiendo a Malco (Jn 18, 10-11).

En la audacia de Salzillo para representar los contrastes en los sentimientos tenemos uno de los ejemplos más claros: el enfrentamiento entre el rostro de Nuestro Señor, sereno, tranquilo, con la mirada relajada, y el fáunico rostro deformado por el propio beso de Judas, tallados de un solo tronco.

En la parte delantera representa a San Pedro, sable en mano, en el momento en el que, como cuenta San Juan, cortaría la oreja a Malco. Pero si hay algo que siempre despertó admiración fue el brazo que empuña el sable, cuentan que hubo quien ofreció una copia en oro macizo con intención de llevárselo a tierras inglesas.

Dentro de este «paso» podemos ver el contraste entre el estofado de la túnica de San Pedro y la sobria túnica de Cristo, esto es debido a que en tiempos pasados (s. XIX) hicieron vestir con telas encoladas las imágenes de Jesús y Judas. Son sus camareros la familia Ayuso.

El «paso» es portado a hombros por 26 nazarenos estantes y tiene un peso aproximado de 780 Kg.

JESÚS EN LA COLUMNA

1777. Es el último «paso» realizado por Francisco Salzillo para la cofradía, también conocido como «Los Azotes». Representa el momento en el que tres sayones azotan a Nuestro Señor (Jn 19, 1). San Lucas es el único evangelista que no menciona los azotes, en los demás aclaran que Pilatos después de azotarlo lo entregó.

Nos encontramos en el interior del palacio de Pilatos, alrededor de un eje central que es la columna. El «paso» se estructura de forma cuadrangular. En una de las esquinas la luminosa y serena imagen de Jesús contrasta con los tres sayones de oscuras pieles y duros gestos.

Los sayones visten indumentarias propias de la época de Salzillo: camisas de tirilla, chalecos y calzón corto.

Las manos de Nuestro Señor se anudan con ricos cordones de seda y oro, con borlas y sobre su cabeza una potencia de plata, elegida del ajuar del “paso” por la familia Barceló, actuales camareros.

El «paso» es portado a hombros por 24 nazarenos estantes y tiene un peso aproximado de 698 Kg.

LA SANTA MUJER VERÓNICA

1755. Desde su fundación hasta la riada de San Calixto en 1651 la cofradía siempre contó con la Mujer Verónica entre sus insignias, portada por el gremio de tejedores. Esta es la razón por la que se le encargó a Salzillo en esa gran época de renovación para nuestra cofradía.

Salzillo viste esta imagen como una cortesana de su época. Alternando los azules verdosos, los rosas y ocres, y todas las prendas ribeteadas con oro que realza los distintos materiales y texturas del atuendo. Coge entre sus manos un paño con la Santa Faz. El más antiguo que se conserva es el de don Domingo Valdivieso, del siglo XIX.

La espalda está magistralmente solucionada con un bellísimo turbante blanco que cae por detrás hasta las rodillas y vuelve a subir a los hombros, en un armónico retorcimiento naturalista.

Muchos han sido los artistas que han realizado paños para completar el gesto de esta imagen: Muñoz Barberán, Claros, Pedro Arrúe o Pedro Cano, entre otros.

La familia camarera de esta imagen sigue siendo, desde hace muchas generaciones, la familia Fontes. La bisabuela del actual camarero fue precisamente la que introdujo la flor natural en los pasos de nuestra cofradía.

El «paso» es portado a hombros por 16 nazarenos estantes y tiene un peso aproximado de 306 Kg.

LA CAÍDA

1752. Don Joaquín Riquelme y Togores se lo encargó a don Francisco Salzillo para sustituir el que hasta entonces había portado el gremio de carpinteros, aunque éste no fue el primero que realizara tras el encargo, si el primero en ser aceptado por la cofradía y el que consiguió la entrada definitiva del imaginero en la cofradía y que supuso la gran renovación de las insignias. Representa a Jesús caído camino del Calvario. La escena corresponde al momento de la aparición del buen Cirineo, que narran tres de los evangelistas (Mt 27, 32), (Mc 15, 21-22) y (Lc 23, 26).

El rostro de Nuestro Señor es un alarde de dramatismo, con la mirada al cielo implorante, atravesado uno de sus párpados por una de las espinas y la boca entreabierta.

El soldado viste una armadura anacrónica respecto a la escena bíblica, con barroco calzón y medias que rematan la argente coraza, policromada con grafito bruñido igual que en el «paso» del Prendimiento.

Por último la figura del Cirineo, representado como dice San Lucas: “[…] cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús”.

Las túnicas que viste la imagen principal son de ricos espolines valencianos. El padre del actual camarero, don Emilio Díez de Revenga, fue Presidente de la cofradía y uno de los promotores y creadores definitivos del Museo Salzillo.

El «paso» es portado a hombros por 28 nazarenos estantes y tiene un peso aproximado de 948 Kg.

NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO

Anterior a 1600. Nuestro amado y venerado titular. A partir de esta extraordinaria imagen del Nazareno se creó la cofradía. Traída desde Italia por el padre Butrón. Adaptada para ser procesionada, en los anales de la Institución, por el escultor Juan de Aguilera y el pintor Melchor de Medina. Representa a Jesús, con la cruz a cuestas, camino del Calvario (Jn 19, 17).

Talla de vestir con corona de espinas ceñida sobre peluca de pelo natural. Sus brazos son articulados, conservándose su mecanismo pues en otro tiempo realizaba una bendición pública.

Posee innumerables túnicas, algunas de gran valor artístico, como las llamadas del «Centenario» y del «Bailío», ambas del siglo XVIII.

Es destacable la cruz procesional de carey, con cantoneras de plata e incrustaciones de nácar, que representan los atributos de la Pasión. Factura de 1800 realizada en Mérida del Yucatán, Méjico.

Milagrosamente se salvó de la perniciosa riada de San Calixto. Junto con la Virgen de la Arrixaca, en aquellos tiempos patrona de Murcia, son dos imágenes de gran veneración en la ciudad, ambas entonces custodiadas por los padres Agustinos.

El Viernes de Dolores se realiza el tradicional traslado al convento de las Madres Agustinas que lo veneran y custodian hasta el Miércoles Santo.

Los camareros del Venerado Titular es la propia cofradía.

El «paso» es portado a hombros por 22 mayordomos estantes y tiene un peso aproximado de 422 Kg.

EL APÓSTOL SAN JUAN

1755. Sustituyó al que, en 1748, la cofradía encargó al propio Salzillo, un San Juan de vestir para ocupar el lugar del que se perdiera en la riada de 1651, que actualmente forma parte del calvario del Cristo del Perdón, enlienzado desde el siglo XIX por Sánchez Tapia. Representa al discípulo amado, que comienza a andar, indicando la dirección en la que camina Jesús. Fue el único de los doce en llegar, tras el Señor, al Gólgota, pues él mismo se describe, bajo la cruz, acompañando a la Madre (Jn 19, 25-27).

Con la mano derecha se recoge la túnica, dejando ver parte de la pierna, para evidenciar la posición del contraposto, que junto a la separación de los brazos y el giro de la cabeza crean el arranque del movimiento.

La túnica y el manto son una muestra única y excepcional en la técnica del estofado. Sus pliegues remarcan el perfecto estudio anatómico. La imagen tiende a girar, la espalda aumenta este efecto con la fuerte diagonal ascendente hacia la izquierda.

Son camareros de esta imagen la familia Soubrier.

El «paso» es portado a hombros por 18 nazarenos estantes y tiene un peso aproximado de 380 Kg.

LA DOLOROSA

1756. Creada para sustituir a la Soledad que desfiló desde la fundación de la cofradía. Coronada Canónicamente el 22 de octubre de 2006. Imagen de vestir acompañada, a sus pies, de cuatro ángeles de talla completa, que como dijo nuestro Obispo, don Juan Antonio Reig Plá, en su homilía el día de la Coronación: «Eleva sus ojos a Dios y espera su respuesta».

Francisco Salzillo creó en la Dolorosa de Jesús lo que se ha dado en llamar el modelo iconográfico de Dolorosa levantina. El modelo de Soledad ejecutado por el escultor Gaspar Becerra por indicación de la reina Isabel de Valois en el siglo XVI, deja paso a la imagen de brazos maternalmente abiertos, mirada al cielo y rosas y azules para los tejidos.

La imagen posee un rico ajuar, entre los que se encuentra el de la Coronación, de espolines de seda y plata, y el manto de terciopelo y plata, regalo de sus entonces camareros, familia De la Cierva, en 1927. El ajuar para vestir quizá de mayor valor es la túnica “rosa antigua” una pieza datada en la época de Salzillo, considerándose que está diseñada por el genial artista, tanto en sus patrones como en sus motivos florales, restaurada con motivo de la exposición “Salzillo testigo de un siglo”.

La elección y colocación del ajuar de la Dolorosa para la procesión de Viernes Santo y demás actos corre a cargo de la familia Alcaraz, camareros de la misma.

El «paso» es portado a hombros por 22 nazarenos estantes y tiene un peso aproximado de 502 Kg.